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La sociedad envió dos mensajes en las PASO. Aun con la intención polarizadora de las dos principales fuerzas políticas que decidieron abroquelarse sobre sí mismas de cara a las presidenciales, los votantes han querido obligarlos a correrse al centro de cara a la primera vuelta. En segundo lugar, la concentración del 90% de los votos en Scioli, Macri y Massa pone en evidencia que los votantes han priorizado los candidatos con vocación cierta de poder.
Pero los resultados también mostraron señales ambivalentes para los tres principales candidatos presidenciales: todos tienen motivos para alegrarse pero también para preocuparse de cara a octubre. La probable conformación parlamentaria, teniendo en cuenta los resultados de las PASO, pone en evidencia algunas cuestiones relevantes. En primer lugar, el kirchnerismo preservará un poder relevante en el Parlamento pero no dispondrá de capacidad de bloqueo: los representantes de La Cámpora y del kirchnerismo puro totalizarán el 17,5% de los diputados (45 bancas) y el 19,5% de los senadores (14 bancas). En segundo lugar, es evidente la debilidad parlamentaria del frente Cambiemos en caso de llegar a la presidencia.
No obstante, si se dejan a un lado las categorías políticas actuales y se analiza bajo otro prisma, queda en evidencia el enorme volumen parlamentario que tendrá el “peronismo” en sentido amplio, si se suma al kirchnerismo, al PJ no K y al componente peronista del Frente Renovador: dicho bloque representaría nada menos que la mitad de la Cámara de Diputados (54% de las bancas) y 2/3 de la de Senadores (48 bancas). Esta situación es la manifestación del enorme peso político que el peronismo ha logrado plasmar en las elecciones presidenciales (obviamente divididos en distintas vertientes) luego del colapso de la Convertibilidad: como mínimo obtuvo el 61% de los votos, alcanzando un pico del 68% en 2011.
Transcurridas ya sin mayores sorpresas las PASO, vale la pena poner el foco en el margen de maniobra que dispondrá el próximo presidente analizando la situación que heredará en términos de agujero fiscal, atraso cambiario y escasez reservas, los principales desafíos en materia económica.