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La demora natural en la publicación de las estadísticas económicas a veces permite esconder por un tiempo algún dato negativo pero otras veces se contrapone con los discursos optimistas de los funcionarios. Esto último sucede con mayor frecuencia cuando lo peor de una recesión va quedando detrás. En este sentido hay que leer los últimos datos de actividad publicados por el INdEC: la magnitud de la recesión es mayor y la recuperación más lenta a las esperadas, pero algunos indicadores de avance comenzaron a recortar la caída. Entiéndase esto último como menores tasas negativas de crecimiento.
El resto del año va a continuar con tasas de crecimiento anuales negativas, pero a partir de agosto veremos algunos meses con crecimiento desestacionalizado positivo. Recién en el primer trimestre de 2017 la tasa de crecimiento anual de la economía será positiva. También hay que tener en cuenta que una mayor caída de la economía en 2016 representa una mejor base de comparación para el año que viene. En el período cercano a las elecciones la economía se va a estar comparando con los peores meses de 2016.
Además, el Gobierno podrá mostrar que la inflación va a estar bajando ya que se comparará con el 40% que alcanzó este año. Discursivamente podrá usar a la economía como un logro de su gestión independientemente de que una serie de desequilibrios macro no se resolvieron y fueron pospuestos sin un sendero de corrección de mediano plazo como el atraso cambiario y toda la cuestión fiscal. Una buena manera de plasmar esta inquietud es analizando su primer Presupuesto.
El Gobierno tenía como objetivo dotar de credibilidad al Presupuesto luego de muchos años en los cuales el análisis de sus números se tornaba irrelevante producto de la subestimación o sobrestimación de las principales variables económicas y fiscales. La estrategia del oficialismo fue definir un marco macroeconómico realista para forrar al Presupuesto de credibilidad. También la proyección de los recursos luce realista aportándole más credibilidad. Sin embargo, cuando analizamos la proyección de los gastos encontramos algunas importantes diferencias respecto a nuestras estimaciones. Esas discrepancias las observamos en prácticamente todos los rubros del gasto, pero principalmente en los componentes automáticos. Esto implicaría una menor posibilidad de hacer correcciones, puesto que las diferencias no se deben a una decisión discrecional. Según nuestros cálculos el gasto primario del Sector Público Nacional tendría una subestimación de 1,2% del PBI.
El déficit primario del Presupuesto 2017 de 4,2% del PBI sería de 5,3% del PBI. Otro dato no menor es que, repitiendo las “prácticas contables” del kirchnerismo, en el Presupuesto se incluyó una serie de inversiones “prioritarias” pero que no fueron consideras como gastos sino como aplicación financiera debajo de la línea por 0,5% del PBI. Por ejemplo, el Plan Belgrano se encuentra dentro de este grupo. Así, el déficit primario se elevaría a 5,8% del PBI, siendo casi el doble en relación a la meta original anunciada por Prat Gay a comienzos de año.
Según cuenta la historia Hemingway llegó a escribir 39 veces la última página de su novela “Adiós a las armas”. Esta tenacidad refleja lo que creía con respecto a la escritura: “La literatura es un 10% de inspiración y un 90% de transpiración”. Por el contrario, sin haber “sudado la camiseta” el Gobierno dejó de lado las metas fiscales que con tanto ímpetu anunciara hace apenas unos meses. A partir de ahora la política fiscal irá día a día sin un sendero de mediano plazo definido. Quedará supeditada a los objetivos políticos del Gobierno y al margen de financiamiento del déficit que por ahora luce manejable.
El Gobierno ya eligió su rumbo. Su objetivo es lograr que los indicadores económicos mejoren de cara a las elecciones del año que viene ya que considera que el resultado será binario para su futuro. Pero también es el mismo Gobierno el que le sube el precio a las elecciones para justificar sus dosis de populismo en la economía. No hay que dejar de tener en cuenta que la política fiscal del macrismo en la Ciudad fue fuertemente expansiva. Quizás esta sea su práctica natural. A esta altura queda poco espacio para hacer recomendaciones o encomendar caminos alternativos Además de la profundización de los desequilibrios macro, la estrategia elegida también implica una mayor vulnerabilidad. El país estará dependiendo en una mayor proporción de factores exógenos.