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Las elecciones de noviembre posiblemente no definan un gran cambio en el funcionamiento de las cámaras, pero tienen un valor importante para recibir información acerca de las preferencias de los electores luego dos años de gestión y de 15 meses de acompañamiento de la pandemia. Esa información, de difícil codificación, será interpretada de manera diferente en cada espacio y permitirá un reordenamiento hacia dentro de cada fuerza. En el caso del oficialismo, toma relevancia porque seguramente determinará en parte la forma en que se gestionarán los próximos dos años, antes de la disputa presidencial.
Tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio se están debatiendo internamente el grado de polarización con el que se conformará la oferta electoral. El votante, en cambio, ya ha probado de ambos extremos de la grieta actual en los últimos 14 años con una sensación de hastío.
En este sentido, una de las lecturas sobre la que posiblemente habrá que reflexionar es si el péndulo del poder que atraviesa a las principales fuerzas políticas empieza a converger hacia un centro o si sigue tambaleándose de un lugar a otro a mayor o igual velocidad. Quizás una de las ventajas de estas elecciones es que empieza a ser atractivo para las distintas fuerzas seducir al votante desanimado. Eso podría configurar un mejor oficialismo, una mejor oposición y/o el surgimiento de otra alternativa. Así se podría ir abriendo camino a un espacio para que, la forma en que se estructura una campaña y se conquista ese voto, empiece a alinearse a la necesidad de gestión que requiere diálogo para construir consensos sobre problemas estructurales que ya hemos detallado en informes anteriores. Es que la estrategia de polarizar ya demostró que puede llevar a un triunfo en los comicios, pero que no da resultados a la hora de gestionar.
El principal distrito y donde estará la definición es la provincia de Buenos Aires que representa poco menos del 40% del padrón electoral y las restricciones derivadas de la pandemia han hecho mella elevando la pobreza infantil por sobre el 70%. Dado el castigo que están sufriendo los oficialismos en el mundo a raíz del manejo del tándem pandemia-economía, cualquiera sea el tinte político del gobierno, es esperable que el Gobernador no escape a esto. Y quizá por esta necesidad de convalidar un triunfo, por persuasión o por imposición, la gestión económica y sanitaria nacional está siendo cada vez más alineada a las ideas del Gobernador de la provincia de Buenos Aires.
La novedad respecto a la elección de 2019 es que el Frente de Todos presentó al candidato que intentó amalgamar las preferencias de un centro no fidelizado y crítico de la gestión anterior. El oficialismo ya usó ´esa bala´ y, hoy, la diferencia entre A Fernández y C. Fernández es más difusa, incluso a criterio del mismo Presidente (como se verá en el informe). La gestión a nivel nacional está cada vez más cercana al extremo. Aun cuando el ministro de economía intente resistir, la política económica es muy parecida a la de 2011-2015. Cierre de exportaciones, atraso cambiario, atraso tarifario, control de precios, cepo al dólar, déficit, emisión (y una lista que sigue) están marcando que el gobierno de A. Fernández no tiene para ofrecer algo muy distinto a los gobiernos de Cristina Kirchner.
Es esperable que en esta oportunidad la lista de PBA tenga poco de dialoguista y se encuentre más cerca de la línea de A. Kicillof y C. Fernández; en Juntos por el Cambio la tensión es más candente debido a que tiene la posibilidad de jugar con ambas cartas – polarizar o no-; pero la magnitud de los votantes desencantados podría definir el surgimiento de una tercera fuerza que salga a competir por conquistarlos. Dimensionar los votantes de centro, algo que intentamos hacer en este informe, podría dar una idea de la necesidad/ganancia de la oferta política de virar al medio.
No obstante, con muchas chances de que el oficialismo triunfe en las elecciones de PBA es interesante determinar cuál es la medida de éxito en virtud de las numerosas interpretaciones que podrá surgir. En este informe se brinda un ejercicio teórico sobre los resultados en la Provincia ante distintas ofertas electorales y alternativas de cómo podrían ser interpretados. En efecto, la interpretación hacia dentro de cada espacio es incluso más importante que el resultado.