Filosofía.

Vivimos en un mundo signado por el cambio y la incertidumbre. Este escenario regirá el curso de los acontecimientos durante los próximos años, dado que hoy coinciden la modificación de tendencias de largo plazo con componentes coyunturales de difícil previsión.

La capacidad para diferenciar los elementos estructurales, más perdurables, de aquellos que son solamente temporales, así también como la posibilidad de identificar las señales que preanuncian los cambios, constituyen elementos vitales para llevar a cabo la actividad empresarial.

Argentina también se encuentra inmersa en un proceso de cambio, con ribetes particulares. El conocimiento específico de la realidad local es, por ello, sumamente relevante para el éxito.

En un mar de grandes oportunidades pero grandes riesgos, es imprescindible volver a lo esencial, priorizando el sentido común y buscando un enfoque versátil y práctico que aborde los problemas desde perspectivas múltiples.

Los avances tecnológicos de toda índole plantean nuevas formas y son muchas veces capaces de potenciar pero jamás reemplazar los buenos fundamentos. Sólo una visión centrada en lo constitutivo del ser humano puede ser perdurable. Tanto como que el crecimiento económico es producto de la conjunción del trabajo y el capital en sus diversas formas.